Esta obra presenta un panorama sobre la situación y las ventajas de la planificación del lenguaje en el siglo XXI en diversas latitudes y desde la perspectiva de colaboradores expertos en la materia. Factores tales como el estatus del hablante en la sociedad a la que pertenece, sus redes sociales, su formación y sus intereses imprimen elementos a la relación hablante-lengua que muchas veces deviene en un conflicto. De la misma manera, el estatus de la lengua en la sociedad a la que pertenece y la presencia de ésta en diferentes ámbitos dentro de la comunidad, también puede contribuir a una relación desigual entre individuos y sociedades. Las reflexiones plantean que la desigualdad entre hablantes puede encontrar sus razones en las políticas y en la planificación del lenguaje adoptadas por los individuos y por las sociedades en las que se desenvuelven.