El estudio de las minorías étnicas no indígenas en México se inició en 1974. El propósito fue conocer la participación de los grupos de origen extranjero en el proceso histórico del país durante el siglo XVI y hasta la mitad del XX. Al investigar la confluencia de otras culturas -no sólo la indígena y española- se consigue una perspectiva que permite un análisis incluyente de nuestra diversidad étnica y cultural, y es posible establecer, en su importancia demográfica y social, su peso económico y político, las características culturales de origen, los procesos de su integración o asimilación y sus aportes a la cultura nacional. En el pluralismo podremos contribuir a consolidar un nuevo proyecto de unidad nacional al reconocer nuestras múltiples raíces.