Esta obra es inusual. Escapa de todo intento de totalidad y totalización. Fue explícitamente escrita con esta intención ya que no hay un único pensamiento en torno al ambiente. Se cruzan aquí los estudios de la ciencia con la literatura, la epistemología con la metafísica y los feminismos con sus vástagos más heterodoxos. Esta fragmentación ha sido necesaria, pues pensar en "lo ambiental" representa un reto ineludible toda vez que el ambiente está compuesto por elementos radicalmente heterogéneos. Reconocer ello ha sido el punto de partida de nuestro pensamiento. Hemos tratado así de seguir estas líneas divergentes, líneas que presentan una colección de nuestros acercamientos particulares al problema ambiental. Como ya hemos dicho, esta ha sido la intención explícita e inicial de planear, elaborar y organizar este conjunto de ensayos fragmentarios. Los fragmentos que aquí presentamos se articulan; sin embargo, hemos tenido cuidado de preservar las fricciones que hay entre ellos, pues las tensiones son tan provechosas como las coincidencias. Cada uno representa la exploración de una arista de pensamiento ambiental: la manera en que el ambiente es observado y decidido a través de consensos institucionales; el apoyo que brinda a nuestro entendimiento la ficción literaria para dotar de sentido una entidad masiva que nos contiene y nos rebasa; las consecuencias que implica pretender una separación ontológica total entre un organismo y su ambiente, aunque sea solamente para conceptualizarlos; y los efectos de reducir el juego de una entidad y su entorno a una única dimensión, sin atender a la diversidad de registros (tanto biológicos, sociales y mentales, tanto humanos como no humanos) que emerge de la colectividad fundamental del ambiente.