LA PRESENTE OBRA plantea cómo el pensamiento anticipatorio latinoamericano moderno marcha en dos direcciones: hacia la utopía y hacia la antiutopía. La ruta de la primera es optimista y consustancial al continente, por eso de ella está impregnada su historia y alimenta la imaginación y la esperanza popular de manera permanente; ajena a los fracasos en Occidente, en América Latina la utopía no se ha descartado, por ende, emerge constantemente. El camino de la antiutopía, en cambio, es pesimista, es el rumbo que marca la posmodernidad, ambiguo e incierto, confirmado con datos estadísticos, por lo mismo capaz de prefigurar e instalar a las sociedades en la catástrofe empírica.

La intensa y global promoción de la ciencia ficción primermundista, a través de las tecnologías digitales, abona a favor de la antiutopía y sus contenidos axiológicos subyacentes, así como a favor de la evasión lúdica de la realidad, porque a pesar de ser un género de denuncia, no conduce a una propuesta viable de futuro. En la actualidad, imaginación y despliegue multimedia se debaten en la creación ficcional de mundos alternos ante la incertidumbre del porvenir latinoamericano.