Es poco frecuente encontrar en nuestros días un investigador que conjunte los atributos que caracterizan a Elisabeth Beniers Jacob. Los que nos hemos honrado con la responsabilidad de preparar este volumen la hemos conocido desde los más diversos ángulos: como sus lectores, como sus colegas, como sus estudiantes y, no menos fundamentalmete, en el terreno de la amistad. En todos ellos, resalta su carácter marcado e infrecuente.

Reconocemos en Elisabeth Beniers la rara cualidad de ser una investigadora con un pensamiento profundo y una voluntad tenaz para dirigir su actividad rumbo a la meta que desde un principio dibujó la dirección de su trabajo: un vasto y ambicioso programa de investigación en tomo a los procesos de formación de palabras en el español mexicano. Contra 10 más frecuente, cerrando oídos a las voces de sirena que pueblan nuestros insulares espacios académicos, se dedicó a la aparentemente modesta labor del cubículo, invernadero donde florecen los especímenes más delicados y raros entre las piezas de investigación que se producen