El estudio de las culturas del desierto implica un conocimiento interdisciplinario, para poder dar cuenta de realidades que se mueven en un espacio cargado de incertidumbre y en consecuencia de imponderables. En este contexto estudiar el desierto del norte de México implica tomar en cuenta la arqueología, le etnología la historia y la antropología general y el conglomerado de procesos que vinculan naturaleza y cultura. El presente trabajo colectivo nos posibilita establecer que fuera del ámbito de las grandes culturas monumentales del centro y sur de nuestro país, existen y han existido procesos de organización de la vida social diferentes, que en su conjunto manifiestan un arraigo por la tierra, lo cual quiere decir que ante los embates de un medio ambiente hostil, los seres humanos también pueden llegar a producir una cultura importante y digna de estudiarse.