En esta primera parte, del noveno volumen de los Anales del cine en México, se tiene el propósito de ofrecer un relato que articule aparatos, productores y exhibidores, salas y espectadores, acontecimientos relevantes y obras cinematográficas, cronistas y críticos. Es hasta 1903 que el cine era ambulante. En ese año se estableció un representante permanente de la compañía Pathé Frères de París en la Ciudad de México y en años posteriores se fueron abriendo más agencias. Por lo que se dispusieron de más vistas y suministros para filmar y por el lado de la exhibición las estancias en los estados son cada vez más prolongadas y arriban a los teatros principales, como el teatro Coliseo en Durango o el Calderón en Zacatecas. En ese mismo año en la Ciudad de México, el dueño de la Fábrica de tabacos "El Buen Tono" inicia gestiones para montar un cinematógrafo público -al aire libre- a un costado de la Alameda.